HOSTELERIA DE ESPAÑA valora la vuelta a la normalidad liderada por el Gobierno de Canarias, que ha dado un paso decisivo en su proceso de desescalada con la suspensión de todas las medidas limitativas al desarrollo de la actividad hostelera, en cuanto a horarios, aforo, distancias entre mesas o la prohibición de fumar en terrazas, principalmente.
Para Hostelería de España, el resto de comunidades autónomas junto con el Gobierno deberían seguir este ejemplo y dar pasos definitivos para recuperar la verdadera normalidad en un momento decisivo para el sector. La fuerte subida de costes de la energía y de las materias primas unida a la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores ponen en riesgo la ansiada recuperación del sector durante este 2022.
Cabe recordar que no se ha logrado aún alcanzar los niveles prepandemia. La facturación a cierre de 2021 fue un 30% inferior a la lograda en 2019 y se acumula una pérdida de empleo de más 123.000 personas. Por este motivo, desde el punto de vista de gestión del negocio hostelero todas las medidas que favorezca el desarrollo del negocio son claves.
En este sentido, destaca la necesidad de la vuelta a las barras sin restricciones, dado que éstas son el sustento fundamental de muchos pequeños negocios. Así como, la eliminación de todas las limitaciones al consumo de tabaco en terrazas -en la actualidad, hay 6 comunidades que prohíben fumar en este espacio-. Ambas constituyen dos medidas imprescindibles a las puertas de la Semana Santa y con la llegada del buen tiempo.
Desde el punto de Hostelería, la total recuperación de la normalidad es un paso coherente con el nuevo enfoque que viene adoptándose por parte de las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad una vez superada la fase aguda de la pandemia.
En este sentido, se destaca el esfuerzo realizado por los establecimientos para ser un espacio seguro durante todo este difícil tiempo de crisis sanitaria, como así se ha entendido por parte de los clientes. Para Hostelería hay prácticas aprendidas durante la pandemia que perdurarán, como la disponibilidad de cartas digitales o la gestión de los espacios con reserva, pues inciden en favor de la rentabilidad de los negocios. Por el contrario, aquellas que la lastran deben revisarse y suprimirse.