Turismo, un sector estratégico en Castilla-La Mancha

No hay duda de que el año 2020 pasará a la Historia por la repercusión universal de una pandemia que arrasó con la economía en todo el planeta, pero también por los grandes cambios sociales que la misma ha generado: en el trato personal, en los hábitos de consumo, en el avance inesperado de la nueva economía, y en la demanda generalizada de más tecnologías de comunicación, y una mayor valoración de las relaciones humanas y del tiempo disfrutado con calidad.

Todo ello ha tenido y tendrá enormes repercusiones en un sector donde el acceso a las nuevas tecnologías es tan importante, tan determinante, como el trato humano y el concepto de tiempo bien empleado; de respiro y alto en el camino de la cotidianeidad para volver la vista hacia nosotros mismos, nuestros seres queridos, y también nuestro patrimonio natural y monumental, nuestros paisajes y paisanajes… para disfrutar de nuestras costas y de nuestros ríos, de nuestros caminos rurales y de nuestras avenidas de ocio y comercio, nuestras ganas de seguir aprendiendo en todo aquello que merece la pena. El turismo, en efecto, ha sufrido gravemente los efectos de una pandemia que confinó a la humanidad, que restringió la movilidad, que sembró de incertidumbre las vidas de las personas y el sostenimiento de miles de pequeñas y medianas empresas.

Para Castilla-La Mancha, el turismo ha sido, es y será un eje estratégico de desarrollo, sobre todo por el motor de sus centros y parajes Patrimonio de la Humanidad, sus manifestaciones culturales y festivas de Interés Turístico Nacional e Internacional, y por el carácter transversal que impulsa en la gestión del Gobierno el trabajo contra la despoblación, el desarrollo del medio rural y la integración de jóvenes y mujeres en el mundo laboral en plano de igualdad.

Por eso, desde que llegamos de nuevo al Gobierno en 2015, hemos planteado y puesto en marcha dos Planes Estratégicos, cuyo resultado más visible es el poder sumar cinco años consecutivos de récord. Hoy recuperamos pernoctaciones y viajeros cinco puntos por encima de la media nacional, por delante de CCAA como Andalucía, Castilla y León y Madrid.

Y no es fruto de la casualidad. Finalizamos el Plan Estratégico de Turismo de Castilla-Mancha 2016-2019 con unos magníficos resultados, tras la puesta en marcha de 39 líneas estratégicas de acción y más de 500 actuaciones. La traducción es fácil: cinco años de crecimiento sostenido e ininterrumpido de la demanda turística en la Región.

Con la llegada de la pandemia, adoptamos medidas paliativas en el marco de las ayudas a las empresas y autónomos, gestionamos con eficacia ejemplar los ERTES y nunca abandonamos la promoción de nuestra región como un destino seguro para el turismo de interior.

Y así, presentamos en FITUR un nuevo Plan de Turismo 2020-2023, en el que seguimos apostando por aquello nos hace competitivos y buenos en materia de turismo, mejorando además el apoyo y la labor de los profesionales de la gastronomía, por las industrias culturales y de ocio asociadas al turismo, y con hitos que creo importante destacar, como el nacimiento de la Marca “Raíz Culinaria”, para integrar gastronomía y turismo en una apuesta por la mejora de la competitividad turística. “Raíz Culinaria” cuenta con 8 chefs de renombre nacional e internacional como Embajadores de marca, para dar a conocer la singularidad y variedad de nuestra cocina manchega.

Hemos puesto además en marcha un Plan Estratégico de Gastronomía, un plan específico dentro del Plan de Turismo, porque en Castilla-La Mancha se come muy bien, y el público lo sabe, o lo descubre como una gratísima sorpresa.

Además, Castilla-La Mancha cuenta desde hace unos días con una marca propia de garantía de nuestros alimentos, ‘Campo y Alma’, que identifica los productos con denominación de origen o indicación geográfica protegida de la Comunidad Autónoma. Dos palabras que definen lo que es Castilla-La Mancha: el campo, con una comunidad rural, con el agroalimentario como sector motor de la economía y el mundo rural con las raíces de la tierra; y, por otro lado, el alma de la esencia como región.

Más de trescientas localidades se han adherido a la red de municipios de cine. El amplio catálogo de localizaciones de la Film Commission nos permite mostrar nuestra región de otro modo, asociado al cine y la memoria visual. Y está funcionando: desde la puesta en marcha de la Film comisión hemos tramitado 3.000 solicitudes y se han llevado a cabo en nuestra región más de cien rodajes en tres años.

La Red de Hospederías sigue creciendo en notoriedad gracias a la presencia destacada en los stands de Castilla-La Mancha en las ferias de turismo internacional más destacadas. Actualmente son seis los establecimientos que conforman la red de hospederías y hay otras tantas iniciativas en marcha como el Palacio Ducal de Pastrana, la Real Fábrica de Bronces de Riópar o la Real Fábrica de Paños de Brihuega.

Tratamos de no dejar ningún fleco sin cubrir. Castilla-La Mancha ha sido la primera comunidad autónoma con presencia institucional en Casa Decor, en la que el espacio de artesanía de Castilla-La Mancha Adunia obtuvo la mención especial del jurado, y hemos sido la primera comunidad autónoma en patrocinar el espacio VIP de Madrid Fusión, donde los cocineros castellano-manchegos coparon gran parte de los premios más importantes.

Así que cerraremos 2021 con buenos datos de pernoctaciones, sin duda, y esperamos que la recuperación en 2022 sea acusada. Castilla-La Mancha no aspira a ser la Costa del Sol o Benidorm. Sería absurdo. Nuestra potencia estriba en aprovechar al máximo la corriente de los millones de visitantes anuales a Toledo, pero también a Cuenca, Sigüenza, Almagro, Villanueva de los Infantes, y otros tantos cascos históricos de interés. Aprovechar al máximo el avance del turismo rural que es corriente nacional, y la gran capacidad de atracción de nuestra Semana Santa en Ciudad Real, en Cuenca, Hellín o Toledo y hasta el más pequeño pueblo de la región. La potencia de nuestros recintos feriales, o las grandes citas como la Feria de Albacete, los encierros que caracterizan el verano guadalajareño o las ferias taurinas de renombre como las de Albacete, Cuenca y los grandes cosos de Castilla-La Mancha, que se sostiene por una amplia afición.

No puedo menos que ser optimista al respecto. Pero consciente también de que, sin un trabajo constante de la Administración y los profesionales, codo a codo, nada hubiera sido posible y nada será factible. Porque si algo hacemos es no inventar, sino escuchar a quienes ponen su saber, su entender, su dinero y su proyecto de vida en hacer de Castilla-La Mancha lo que siempre fue desde el tiempo de los romanos, y que también dibujó Cervantes en su obra más universal: cruce de caminos, tierra de paisajes y de gentes hechas al buen trato con el viajero, basado en el buen yantar y los mejores paisajes.

El turismo siempre será estratégico en Castilla-La Mancha, porque se alimenta y a la vez da vida a otros sectores vitales como la artesanía, los servicios o el agroalimentario. Se retroalimentan, y nunca mejor dicho.

Emiliano García-Page Sánchez. Presidente de Castilla-La Mancha