Una vez más las resoluciones dictadas por la Junta de Castilla y León, no son acogidas de buen grado por la hostelería castellano leonesa. Consideramos las mismas de “perfil bajo” y creemos estar en nuestro derecho de exigir un cambio de estrategia en la forma de actuar del Gobierno Regional.
Las restricciones en hostelería dónde sólo estarán permitidas terrazas con aforo limitado, ha llevado a la Presidenta de la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León, María José Hernández, a solicitar al Consejero de Turismo, Javier Ortega, que considere la actividad de las terrazas como una actividad residual y que no influya a la hora de pedir los ERTEs por impedimento, las utilicemos o no, dada la climatología que estamos soportando. El Consejero ha aceptado el compromiso de trasladarlo al Consejo de Gobierno, para que a su vez se comunique a la Dirección General de Trabajo. Compromiso que en su momento adquirió el Vicepresidente Igea, y del cual todavía estamos esperando respuesta.
Lamentablemente la situación que está atravesando la hostelería está llena de incertidumbre, desasosiego, desmoralización, desencanto y hartazgo desde el pasado 14 de marzo, fecha en la que se decretó el estado de alarma.
No podemos entender que no se intenten buscar otras medidas que sean menos gravosas y lesivas, para un sector muy dañado, y que arrastrará las consecuencias de la mala gestión tanto del Gobierno Regional como del Nacional durante bastante tiempo.
Nos encaminamos a un tercer cierre, rejón de muerte para muchos negocios, sin que todavía ninguna Administración haya fundamentado esa decisión con datos contrastados; los únicos datos que parecen contar son los de cumplir con los compromisos del pago de impuestos de los días 20 y 30 de enero. Paradójica situación ésta: “en vez de recibir ayudas del Gobierno, ayudamos nosotros al Gobierno”
Siempre hemos tratado de que las decisiones fueran consensuadas y no se nos ha tenido en cuenta. Es más, nuestra petición de que los cierres se avisen con tiempo para coordinar los turnos de trabajo o la compra de suministros, no se ha cumplido una vez más, notificándonos esta circunstancia con apenas 24 horas de antelación
Consideramos que el desconocimiento de este sector, por parte de los dirigentes, no olvidemos que en Castilla y León se ha perdido en afiliación a la Seguridad Social más de 21.000 trabajadores desde marzo, está trayendo como consecuencia, que seamos, con diferencia, el sector más perjudicado de esta situación.
Contabilizamos la destrucción de uno de cada cinco empleos desde el pasado mes de marzo, tal es el impacto, que la afiliación a la Seguridad Social del colectivo se encuentra ligeramente por encima de los 61.000 trabajadores, muy lejos de los casi 80.000 de principios de 2020, según los datos publicados recientemente por el Consejo Económico y Social de Castilla y León. A grandes rasgos, esto supone la cifra más baja de la historia en afiliación del sector, con mil menos que en la recesión de 2012.
De las 35.000 empresas de restauración y alojamientos que comenzaron el año 2020, estimamos al día de hoy, un cierre aproximado ya del 20%, con tendencia a subir exponencialmente si no se adoptan soluciones rápidas en forma de ayudas directas.
A pesar de que las medidas son adoptadas en última instancia por el Ejecutivo Regional, no hay que olvidar la dejación de funciones que el Gobierno de la Nación, que refugiándose en las decisiones de las diversas Comunidades Autónomas, está demostrando para atajar el problema que se está generando a la hostelería.
Asistimos atónitos, en las distintas comparecencias del Presidente y sus Ministros, como sacan pecho y presumen de una gestión brillante para ellos. Nefasta para nosotros. No entendemos que se pueda calificar de brillante la destrucción, en poco menos de un año, del principal, o uno de los principales, motores de la economía española como es el turismo y con ello la destrucción del buque insignia del mismo, como es la hostelería.
En el año 2019, según datos del INE, visitaron España 83,7 millones de turistas que dejaron un gasto de 92.278 millones de euros, suponiendo el 12,4 del PIB y generando 2,72 millones de puesto de trabajo, que representa el 12,9 del empleo total. La hostelería por si sola aportó casi 130 millones de euros lo que representa un 6,2 del PIB. Estamos hartos de escuchar mentiras, verdades a media y promesas incumplidas, haciéndonos creer que su gestión es brillante. El panorama que se presenta en el sector es desolador, el año 2020 se perdió la campaña de Semana Santa, la campaña de verano, la campaña de las fiestas locales y la campaña de Navidad, y este año tenemos la previsión de volver a perder la campaña de Semana Santa, y probablemente la de Verano. Todo parece fiarse a la llegada de una vacuna que ni tan siquiera está cumpliendo las optimistas perspectivas de vacunación que desde el Gobierno se anunció.