Responsables de los principales partidos políticos han tomado nota de la reivindicación de empresas, autónomos, asociaciones de hostelería y de emisores de vales de comida, además del Consejo Económico y Social, que han debatido sobre la necesidad de que los vales de comida dejen de cotizar a la Seguridad Social.
El acto, celebrado en la sede del Consejo Económico y Social, estaba a cargo de la Asociación Española de Empresas de Vales de Comida y Otros Servicios (AEEVCOS) y la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) con la participación del secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, que incidió en la dimensión social de los vales de comida entendiendo que “favorecen el clima y el confort laboral” concluyendo que no se “puede cargar con impuestos a un beneficio social”. Los participantes coincidieron apuntando que la medida se tomó en un contexto de crisis en 2013 y se ha mantenido hasta la actualidad. “Lo que se hizo en la crisis ha quedado perenne y entendemos que hay que superarlo” afirma Luis Miguel López Reillo. “La situación económica en 2019 no tiene nada que ver con el 2013” ha añadido Carolina España, lo que supone “un argumento importante para cambiar la medida” junto con el hecho de que “la Proposición No de Ley no tuvo ningún voto en contra en el Congreso”.
Entre los asistentes a la primera mesa estaban Juan Menéndez-Tolosa, secretario general de la Asociación de Vales de Comida; Javier Calderón, director de Empresas y Organizaciones de CEOE; Fernando Ruiz, socio del Área Laboral de Pérez-Llorca; Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España; Luis Miguel López Reillo, secretario general de UGT – Madrid, y la diputada del Grupo Popular, Carolina España.
Los asistentes recordaron que la exclusión de la cotización de la Seguridad Social, aprobada por el Congreso de los Diputados en Proposición no de ley, incrementaría el número de beneficiarios de vales y tarjetas de comida en 280.000 nuevos usuarios que se sumarían a los 460.000 que actualmente disfrutan de este beneficio social. Un incentivo fiscal de esta clase redundaría principalmente en las clases medias y trabajadoras mejorando la capacidad adquisitiva de rentas nos superiores a 45.000 euros anuales. Según las estimaciones realizadas (considerando un tipo de IRPF del 25% y un sueldo medio), si un empleado utilizara vales y tarjetas de comida a diario de lunes a viernes, podría ahorrar una media de 432 euros al año. En el caso de las rentas más bajas, los vales y tarjetas de comida aseguran la comida a final de mes de un 14,8% de los trabajadores.
En otra mesa, moderada por el presidente de UPTA, Eduardo Abad, participaron Clara Jiménez, socia del Área Fiscal de Pérez-Llorca, la secretaria general de Marcas de Restauración, Paula Nevado; el senador de PSOE Juan Antonio Gilabert; el diputado de ERC, Joan Capdevila; y Sergio del Campo, diputado de C´s. En la conversación manifestaron el gran impacto social que tienen las medidas fiscales que puedan fomentar las ayudas a la comida para los trabajadores, tanto por cuenta ajena como por cuenta propia. Específicamente se resaltó el efecto que, la exclusión de los vales de comida de la base de cotización, puede tener en la creación de empleo, con la previsión de más de 14.400 nuevos puestos en el sector de la hostelería. En la actualidad, a través de los vales de comida se sirven más de 60 millones de menús al año.
En conclusión, hay unanimidad en pedir la exención de cotización a la Seguridad Social de los vales de comida, lo que supondría la creación de 14.424 puestos de trabajo estables indefinidos en un periodo de cinco años, lo que significaría casi duplicar el número de empleados que a día de hoy ya se genera por el gasto en comidas con vales. Con ello, se recaudarían 441 millones de euros adicionales en las cotizaciones, casi duplicando los 541 millones que ingresan las arcas en la actualidad, con lo que la Administración, con esta medida, asumiría un coste cero.