La prevención del dolor lumbar en los trabajadores del sector de servicios de comidas y bebidas

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), ha publicado los principales resultados de la VII Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo. Del presente estudio se desprende que el 77,5% de los trabajadores sufre alguna molestia física causada por posturas y esfuerzos derivados del trabajo que realiza. Las molestias más frecuentes se encuentran localizadas en la zona baja de la espalda, con un 44,9% del total. Este mismo estudio concluye que el 80% de los trabajadores de la rama de hostelería han sufrido molestias lumbares.

Centrándonos en el Sector de la Hostelería, casi una cuarta parte de los accidentes con baja, acaecidos en el año 2.017, fueron como consecuencia de un esfuerzo físico.

En cuanto a enfermedades profesionales, en este mismo sector, 9 de cada 10 partes comunicados con baja, fueron como consecuencia de lesiones causadas por posturas forzadas o movimientos repetitivos.

La lumbalgia es una contractura dolorosa y persistente de los músculos que se encuentran en la parte baja de la espalda, específicamente en la zona lumbar. Esta contractura, de origen multicausal, una vez que aparece, se produce un ciclo repetido que la mantiene, debido a que los músculos contraídos comprimen los pequeños vasos que aportan sangra al músculo, dificultando así la irrigación sanguínea y favoreciendo aún más la contractura, dificultando así su recuperación.

La región lumbar es la localización más frecuente del dolor de espalda, de hecho, el 70% de los dolores de espalda se focalizan en esta zona.

La zona lumbar se compone de 5 vértebras con sus respectivos discos, raíces nerviosas, músculos y ligamentos. Las vértebras y los discos de la región lumbar soportan el mayor peso y son los más grandes de la columna vertebral. El dolor comienza cuando las terminaciones nerviosas reciben estímulos anormales. Como reacción al dolor, los músculos de la espalda tratan de protegerla y se produce un espasmo para mantener el área inmovilizada.

Al realizar un trabajo estático se produce una contracción persistente de los músculos. La realización de un trabajo dinámico supone una contracción y estiramiento de la musculatura. Cuando se flexiona la columna se produce un aumento de la presión en el interior del disco intervertebral. Si además se manipula peso y se vuelve a estirar la espalda, la presión en la parte posterior del disco se incrementa y puede llegar a romperlo. La torsión o rotación de la columna puede sobrecargar las articulaciones, la musculatura e incluso el disco.

Se pueden diferenciar tres tipos de dolor atendiendo a su origen:

  • Mecánico; es el más habitual, se agudiza con el movimiento y disminuye o cesa en reposo. Suele ser de origen inespecífico.
  • Inflamatorio; no cede en reposo y puede reaparecer o empeorar con el descanso nocturno, es característico de afecciones reumáticas o viscerales.
  • Neuropático; dolor en la zona de los nervios lesionados. Puede irradiar a las extremidades, alterar la sensibilidad y no cede con el reposo.

Atendiendo a la duración del dolor, la lumbalgia se puede clasificar en:

  • Agudo: si dura menos de 6 semanas.
  • Subagudo: cuando dura entre 6 semanas y 3 meses.
  • Crónico: si se prolonga durante más de tres meses.
  • Recurrente: si se producen episodios agudos sucesivos separados por periodos libres de síntomas de al menos 3 meses de duración.

FACTORES DE RIESGO DEL DOLOR LUMBAR

  • Posturas:
    • Posturas estáticas (bipedestación, sedestación). Se genera una contracción muscular continua y mantenida en el tiempo.
    • Posturas forzadas, tronco flexionado o girado, permanecer con los brazos por encima de los hombros. Se producen contracciones y relajaciones de corta duración.
  • Tensión generada por los músculos por el esfuerzo requerido para el desempeño de la tarea.
    • Superar las capacidades del individuo.
    • Realizar el esfuerzo en carga estática.
    • Realizar el esfuerzo de forma repetida.
    • Tiempos de descanso insuficientes.
  • Factores psicosociales y organización del trabajo:
    • Estrés.
    • Ritmo elevado de trabajo.
    • Incorrecto diseño de las tareas.
  • Factores de riesgo de tipo personal:
    • Falta de potencia, resistencia o de entrenamiento de la espalda.
    • Episodios previos de dolor.

Entre los trabajadores del sector de comidas y bebidas, profesionales como cocineros, camareros, recepcionistas, etc., se ven obligados a permanecer largos periodos de tiempo en posición de pie, si añadimos que con frecuencia se tenga que adoptar una postura con la espalda ligeramente flexionada hacia delante por las distintas tareas que realizan a la hora de elaborar los distintos platos, o a la hora de servir los platos en las mesas de los comensales, provoca que se cargue la zona lumbar de la espalda. Una incorrecta manipulación manual de cargas a la hora de cargar ollas, paquetes de comida, cajas de bebidas, acarrear bandejas sobrecargadas, o arrastrar bidones de cerveza, cubos de basura, etc. es otro factor de riesgo que pueden ocasionar lesiones o dolores lumbares.

MEDIDAS PREVENTIVAS PARA EVITAR EL DOLOR LUMBAR

Actividad física:

Realizar ejercicios específicos para fortalecer la zona lumbar ayuda a la activación sanguínea del sistema muscular, eliminando la tensión muscular acumulada, además es eficaz para evitar la incapacidad y mejorar el grado de movilidad y autonomía.

Higiene postural:

Por higiene postural se entiende como la postura correcta que se debe adoptar al realizar las actividades en el ámbito laboral, ya sea de forma estática o dinámica. Adoptando una correcta higiene postural se minimiza el deterioro de los discos, vértebras y articulaciones, de este modo, se reduce la carga que soporta la espalda al realizar las actividades durante la jornada laboral:

  • Al permanecer de pie:
    • Mantener los pies separados, alineados con las caderas y las rodillas relajadas.
    • Colocar un pie sobre una superficie algo más elevada que el suelo, como puede ser un reposapiés, alternando la posición de una pierna con la de otra.
    • Caminar cada cierto tiempo, para así estimular la circulación.
    • En actividades de pie que conlleven la utilización de los brazos, conviene hacerlo a una altura adecuada, evitando los estiramientos excesivos si se elevan los brazos y las posiciones encorvadas si es con los brazos bajos.
    • Realizar cambios posturales, así se evita forzar la postura.
    • Utilizar calzado adecuado, que sujete el pie por el talón y con un tacón de ente 1,5 y 3 cm.
  • Al manipular cargas:
    • Al levantar y transportar pesos, doblar las rodillas y no la espalda, evitar los giros y mantener la carga pegada al cuerpo.
    • Para coger objetos elevados, subirse a una escalera evitando así la hiperextensión de la columna.
    • Mejor empujar que arrastrar de los carros, de esta manera se hace fuerza con la musculatura de las piernas y no con los de la espalda.
  • Al dormir:
    • La postura adoptada debe mantener las curvaturas fisiológicas de la espalda.
    • El colchón ha de ser firme y recto para apoyar correctamente la espalda.

Ergonomía:

Para reducir o eliminar el riesgo de padecer dolor lumbar los puestos de trabajo se deben diseñar de manera que se adapten a las características de los trabajadores. Es decir que no sea el trabajador el que se tenga que adaptar al puesto de trabajo.

  • La altura del puesto de trabajo dependerá del tipo de tarea a realizar, en los trabajos de precisión debe estar a más altura para que los codos puedan reposar en la superficie de trabajo, en los más físicos el puesto estará a menos altura para así aprovechar la inercia de los movimientos de los brazos.
  • El espacio debe ser suficiente para poder desarrollar la tarea con comodidad sin obligar al trabajador a tener que adoptar posturas forzadas y para permitir cambiar de postura.
  • Las herramientas manuales diseñadas ergonómicamente contribuyen a la adopción de posturas y a la realización de movimientos naturales. Éstas serán fáciles de agarrar, con asas y mangos adaptables a las manos y al tipo de trabajador, diestros o zurdos.

EJERCICIOS PARA PREVENIR EL DOLOR LUMBAR

Ejercicios de báscula pélvica.

Tumbado de espaldas con las rodillas flexionadas, los talones apoyados sobre el suelo y cargando el peso sobre ellos. A continuación, apoyar la espalda contra el suelo y mantener las nalgas y los músculos abdominales contraídos. Las nalgas se levantan aproximadamente dos centímetros del suelo. Se mantiene esta posición durante 10 segundos. Este ejercicio se repite 20 veces.

Abdominales.

Tumbado de espaldas con las rodillas flexionadas y los pies sobre el suelo, cruzar las manos sobre el pecho, mantener los músculos abdominales contraídos elevando lentamente los hombros a un palmo del suelo manteniendo la cabeza hacia atrás. A continuación, relajar los músculos abdominales bajando lentamente los hombros. Se hacen 3 series de 10 ejercicios

Estiramientos llevando la columna al tórax.

Tumbado de espaldas, colocar las dos manos por detrás de la rodilla y llevarlas hasta el tórax. Se mantiene en esta posición durante 10 segundos. Bajar lentamente la pierna y repetir el ejercicio con la otra pierna. Repetir 10 veces este ejercicio.

Estiramientos de la pierna en posición sentada.

Sentado en el suelo con las rodillas ligeramente flexionadas y las piernas lo más separadas posibles, colocar ambas manos sobre la misma rodilla y deslizarlas lentamente hacia el tobillo. Se debe detener el ejercicio si se siente dolor y no se debe sobrepasar una posición que se pueda mantener cómodamente durante 10 segundos. Lentamente regresar a la posición inicial y repetir el ejercicio con la otra pierna. Este ejercicio se realiza 10 veces con cada pierna.

 

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