Los XI Premios Nacionales de Hostelería viajan el 28 de noviembre a Salamanca, coincidiendo con el 40 aniversario de la creación de la Federación Española de Hostelería, por lo que este año se crea un Comité de Honor formado por autoridades y personas de reconocido prestigio en el sector, con el objetivo de fomentar el renombre de estos galardones.

En el Teatro Liceo de la ciudad se entregarán los galardones que reconocen la labor de los establecimientos, empresas e instituciones que han destacado en aspectos tan diferentes como la innovación, la responsabilidad social, el apoyo a la cultura, la sostenibilidad, compromiso con las personas con discapacidad… y pueden ser considerados un ejemplo para el sector por su contribución a engrandecer la hostelería y aportar buenos modelos a seguir.

Plaza Mayor de Salamanca

Las asociaciones de FEHR participan activamente en estos Premios, presentando las candidaturas de aquellas empresas que reúnen méritos en cada una de las categorías, si bien como sucede en los últimos años, las propias empresas, siempre que pertenezcan a alguna de las asociaciones que componen FEHR, pueden presentarse directamente, enviando un dossier ilustrativo que acredite los méritos que le hacen optar a las diferentes categorías. El plazo de presentación de candidaturas se cierra el 30 de septiembre. Además de los Premios el jurado otorga una serie de reconocimientos a diferentes entidades, personalidades e instituciones que destacan por su colaboración con el sector y por sus acciones encaminadas a favorecer y dinamizar la hostelería nacional.

La XI edición de esta convocatoria llega a Salamanca fiel a su filosofía de promover la implicación y participación de las asociaciones del sector. Tras tres años en Madrid, la sede fue rotando: Valladolid, Bilbao, Sevilla, Oviedo, Zaragoza, Valencia y, el año pasado, Toledo.

Teatro Liceo

TEATRO LICEO, ELEGANTE E HISTÓRICO ESCENARIO
La Gala tendrá lugar el 28 de noviembre en el Teatro Liceo de Salamanca. Originario del Siglo XIX y reformado en el año 2002, ha acogido representaciones operísticas, musicales, líricas, corales, además de jazz y flamenco.

Es un escenario emblemático de la ciudad, situado en una zona muy céntrica, a escasos 100 metros de la Plaza Mayor. El espacio cultural fue inaugurado el 1 de marzo de 2002 por S.M. La Reina Doña Sofía. Su rehabilitación supuso la recuperación del teatro con mayor tradición de la ciudad en un año en el que Salamanca celebraba ser Ciudad Europea de la Cultura. El teatro original se construyó en la segunda mitad del siglo XIX sobre las ruinas del convento de San Antonio el Real (s. XVIII) y el torreón del palacio de los condes de Amayuelas. Tras sufrir dos reformas se cerró en 1994. El proyecto de restauración que se llevó a cabo de cara al año 2002 recuperó, por un lado, la traza original de la sala del siglo XIX, de estilo italiano, y, por otro, los elementos originales del convento y del torreón. Se trata, por tanto, de un teatro que ha sobrevivido a tres siglos y que forma parte de la memoria colectiva de varias generaciones de salmantinos, que cuenta con el encanto de antaño y las comodidades del siglo XXI. Desde su inauguración ha acogido numerosas representaciones teatrales clásicas y contemporáneas, danza en sus distintos géneros, musicales y operísticas especialmente de la época barroca. Además de conciertos didácticos para escolares, música antigua, coral, clásica, lírica, contemporánea, jazz, flamenco, músicas de raíz y actuales. El edificio dispone de salas anexas que completan sus funciones: oficinas, sala de ensayos y sala de prensa.

COCINA ALQUÍMICA EN UN PALACIO NEORRENACENTISTA
Dicen las leyendas que todo el éxito de la gastronomía de la ciudad viene de una gran y misteriosa cocina que hay en el subsuelo, conectada con las cocinas de los restaurantes, en las que se atesoran todas las experiencias gastronómicas de habitantes y visitantes. Allí, los maestros alquimistas inventan y cocinan los platos que luego retocan los cocineros.

Una leyenda que encaja muy bien con el alma de la ciudad y que merece la pena comprobar de primera mano, como harán los más de 400 invitados que asistirán a la gala. Después de la entrega de los galardones, disfrutarán de un cóctel servido en el Casino de Salamanca, un referente social y cultural de la ciudad con 150 años de historia y que llegó a su actual ubicación en el Palacio de Figueroa en el año 1880 y que alberga sus actividades y exposiciones.

Casino de Salamanca

El edificio es una notable muestra de la arquitectura del neorrenacimiento salmantino, con su patio como pieza fundamental de la construcción por su gran belleza, sus columnas monolíticas y los capiteles dóricos de la época que sostienen unos majestuosos arcos y la balaustrada de la galería en el piso primero, que se convierte en un hipnótico espacio para la celebración de banquetes, conciertos, bailes, conferencias, desfiles, conmemoraciones y actos sociales. Otra joya es la escalinata artística que da acceso al Claustro de la primera planta, desde el recibidor de la entrada al edificio por la puerta principal de la calle Zamora. Los visitantes pueden continuar su ruta accediendo al Salón de Actos, donde tienen lugar las actividades sociales del Casino.

SALAMANCA PARA COMÉRSELA
Pasear por Salamanca es una experiencia bella y fantástica. En una esquina nos cruzamos con D. Miguel de Unamuno. Bajo un magnolio, la Celestina discute con Calixto. En una terraza, Torrente Ballester toma notas. Y nos podemos encontrar también con el Lazarillo, Aníbal, María la Brava o incluso Vicente del Bosque cuando era un chico. Arriba, el Cielo de Salamanca: el natural y el que está en la Universidad; astronómico y mitológico, compartiendo protagonismo. Por sus rincones, los estudiantes, los habitantes y los visitantes, todos conviven y conforman otro gran valor de nuestro destino: la gente de Salamanca. Bajo los pies, la gran cocina alquímica, la de los sabores y saberes, con el Marqués de Villena al frente.

Los hosteleros han unido su conocimiento, su creatividad, el mimo con la gente y los buenos productos de la zona para conformar una oferta gastronómica que contempla todo el abanico de la tradición a la vanguardia, basada en los alimentos de la tierra: jamón Guijuelo, carnes de ternera charra o morucha, lentejas de la Armuña, garbanzos de Pedrosillo, quesos de leche cruda de oveja de Arribes, aceites y vinos de Arribes del Duero o de la Sierra. Se puede visitar cada una de las zonas donde se producen sus manjares: Guijuelo y sus fábricas de jamón Denominación de Origen; Ciudad Rodrigo para saborear su farinato; las ferias del queso de Hinojosa del Duero, la de la fresa, la de la cereza o el Día del Calderillo de Béjar, así como los encuentros habituales de oleoturismo que se basan en visitas guidadas a olivares, almazara, catas de aceite y paseos por sus municipios.

Para saborear intensamente sus propuestas, la guía ‘Salamanca para comérsela’ ofrece una selección de los mejores restaurantes con información práctica sobre su tipo de cocina, ubicación y precio.

Entre las especialidades más celebradas por los turistas están las migas de pastor con bacalao, ajos, pimiento rojo y cebolla; las patatas revueltas o de Herradero que se sirven hervidas, con ajo y perejil y panceta; bacalao y patatas en salsa verde; patatas ‘Meneás’ o el ‘Calderillo’, además de los asados, la chanfaina o el hornazo de Salamanca elaborado a base de huevo, chorizo, lomo y harina. El Calderillo Bejarano que se elabora con carne de aguja de ternera, patatas, tomates, pimientos, guisantes y cebolla. El cocido Maragato que también se puede encontrar en esta zona y que es el único que se come al revés: primero las carnes, luego las legumbres y al final, la sopa.

También son muy apreciados los postres como la leche frita, las almendras garrapiñadas o los ‘chochos’ (peladillas con sabor a canela), rosquillas de Ledesma, bollo maimón y amarguillos de La Alberca, los repelaos y los mantecados.

Se puede consultar la oferta de tales sabrosos manjares en la página web www.salamancaparacomersela.es y en su perfil de facebook, o visitando su canal de vídeos de Youtube.

Además, desde el año pasado, Salamanca es miembro del Club de Producto Turístico Gastronómico ‘Saborea España’, junto a otros municipios que potencian el turismo gastronómico, las Asociaciones de Cocineros y Reposteros, la Federación Española de Hostelería y Paradores de España, además de la Secretaría de Estado de Turismo. Todos se comprometen a desarrollar acciones conjuntas en diversos ámbitos, como el ‘Día Mundial de la Tapa’, o la difusión de propuestas turísticas y producto en Madrid Fusión, así como la captación de turistas en ferias internacionales destinadas al turismo y a la gastronomía. En la actualidad, ‘Saborea España’ incluye diecinueve destinos: A Coruña, Badajoz, Cambrils, Ciudad Real, Denia, Lanzarote, Logroño, Madrid, Salamanca, Sant Carles de la Ràpita, Segovia, Sevilla, Tenerife, Trujillo, Valencia, Valladolid, Vinaròs y Zaragoza.

Fachada de la Universidad de Salamanca

AMBIENTE UNIVERSITARIO ENTRE PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
La capital charra ofrece vestigios de los casi tres milenios de historia que la han ido forjando desde los Vettones y Vacceos, Aníbal y los romanos, Alfonso VI y su refundación de la ciudad tras la conquista de Toledo a los Musulmanes, las guerras de los bandos por el poder en los siglos XIV y XV, el esplendor del XVI cuando la ‘Escuela de Salamanca’ fue centro del mundo del saber, la crisis del Barroco, la Guerra de la Independencia, el ensimismamiento del siglo XIX y buena parte del XX, con hechos relevantes como la fundación de la Universidad Pontificia de la ciudad como continuación de los antiguos estudios de teología, o la declaración como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988, además de la designación, diez años después, como Capital Europea de la Cultura para el año 2002.

En sus calles se nota la hospitalidad y los vestigios arquitectónicos de varias épocas históricas vividas por los salmantinos, así como las muchas personalidades que se rindieron a sus pies, como Unamuno, Cervantes, Fray Luis de León, Menéndez Pelayo, Torrente Ballester, Lope de Vega, Santa Teresa de Jesús, varios Papas y Jefes de Estado. Ciudad estudiantil, icónica de la cultura española durante muchos siglos, a la vez es conocida por su mucha vida y el famoso ambiente nocturno. Se puede disfrutar de sus numerosos bares, locales de tapas, terrazas y agradables espacios al aire libre donde los universitarios se mezclan con turistas y habitantes de la ciudad en un ambiente variado, multicultural y distendido.

De los numerosos elementos arquitectónicos recomendables, destacamos los más interesantes para una visita turística a Salamanca:
La plaza Mayor es una de las más bellas de España y del mundo y uno de los monumentos barrocos capitales de la arquitectura peninsular.

El edificio histórico de la Universidad, la más antigua del país, también merece una visita. En su fachada es tradición entre los visitantes buscar la figura de la rana, un requisito clave para aprobar. En el interior hay espacios como el aula de Fray Luis, o la biblioteca antigua.

Puente Romano y Catedral al fondo

A su lado está la Casa Museo de Unamuno, que fuera rector de la Universidad. Sus muebles, sus escritos y sus recuerdos están a la vista de los turistas.

La Casa de las Conchas, icónica de la arquitectura gótica española y famosa por su fachada decorada con cientos de conchas.

La Catedral, entre cuyo conjunto de capillas de la iglesia nueva destaca la dedicada a Santa Teresa de Jesús. La catedral vieja es otro edificio, al que se accede a través del interior de la Nueva.

La iglesia de la Clerecía y Universidad Pontificia. Es recomendable subir a las torres de la Clerecía y disfrutar de las vistas de la ciudad desde los balcones de las torres de este impresionante mirador.

La Casa Lis

El Puente Romano, que fue la pasarela que recorrieron Aníbal, el Lazarillo o los generales franceses. Formaba parte de la Ruta de la Plata, importante y estratégica en la época romana. A la entrada está el verraco prerromano, símbolo protector, que aparece en el Lazarillo de Tormes.

El huerto de Calixto y Melibea, un jardín de estilo musulmán, vinculado a la novela “La Celestina”.

La Casa Lis: palacete modernista de vidrieras de colores que alberga el museo de Art Nouveau y Art Déco de los siglos XIX y XX.

La antigua fábrica de la Luz es el Museo de Historia de la Automoción.

También varios conventos de gran valor patrimonial, como el de San Esteban y el de las Dueñas donde las monjas elaboran dulces para vender a los visitantes. El de las Úrsulas y las iglesias de San Benito, San Martín, Santiago, Santo Tomás Cantuariense, San Juan Bautista de Bárbalos, del siglo XII y San Marcos, construida junto a la muralla nueva de la ciudad, al lado de la puerta de Zamora, en el año 1178.

La casa de Santa Teresa, donde llegó a instalarse en 1570 y que pasó a la historia como el lugar inspirador del “vivo sin vivir en mí”. De hecho, Salamanca forma parte de la Red de Ciudades Teresianas integradas por un total de 17 municipios donde ella fundó conventos.

Para los amantes de las leyendas, La Cueva de Salamanca: un espacio mágico donde el diablo impartía clases de brujería; y el patio de la Salina, un antiguo estanco de sal. ■