Desde 2006 colabora con Cruz Roja Juventud, Mercedarios y Fundación Tomillo para la integración de jóvenes inmigrantes. Con las dos primeras participan en un programa de protección de jóvenes inmigrantes con falta de recursos y en riesgo de exclusión a los que han proporcionado formación y trabajo, permaneciendo dos de estos trabajadores actualmente en la plantilla. Con la Fundación Tomillo la ayuda se centra en dar una adecuada formación a estos jóvenes con el fin de permitirles encontrar un empleo.
Además, ha participado en las últimas cuatro ediciones de Restaurantes contra el Hambre, destacando tanto por su generosidad como por su colaboración en la difusión de la propia campaña. Este compromiso con la sociedad le hace merecedor del Premio Nacional de Hostelería a la empresa comprometida con la responsabilidad social, que se entregará en Zaragoza el próximo 25 de noviembre.
P- ¿Qué opinión le merece haber sido galardonado como la Empresa Hostelera comprometida con la responsabilidad social 2014?
R-Sin duda es un orgullo y les estamos muy agradecidos sobre todo por ese reconocimiento a nuestra acción social. Las empresas podemos desempeñar un papel muy importante en la vida de las personas, no solo como proveedores de empleo y riqueza sino contribuyendo al desarrollo de la misma sociedad, y me gustaría aprovechar este momento para animar a mis compañeros hosteleros a que incluyan la responsabilidad social dentro de sus objetivos empresariales y aprovechen las oportunidades que nos ofrecen ONG y asociaciones empresariales, como el programa de Restaurantes contra el Hambre en que participa la misma FEHR y que finaliza en estas fechas.
P- Han cumplido cincuenta años, ¿Qué balance puede hacernos de este tiempo en el local? De hecho, llevan más tiempo, desde 1927. ¿Cómo ha sido la evolución del negocio en este tiempo?
R-Han pasado casi 90 años desde que mi abuelo se lanzara a la aventura hostelera y espero que no hayan cambiado tantas cosas, por lo menos en el fondo, porque me he empeñado en conservar el espíritu de aquel entrañable Bar Donato desaparecido que fundó mi abuelo hace tantos años, el de toda la vida, el de servir de punto de encuentro y reunión, el recibir a los clientes con hospitalidad.
P- Las mejores bravas de Madrid, anuncia su local. ¿Cuál es el secreto para tener éxito con un plato aparentemente tan sencillo?
R-Hablar del tema bravero es como hacerlo del futbol aficionados de diferentes equipos: nunca nos pondremos de acuerdo en quién es el mejor. Son tremendamente populares y se puede decir que hay casi tantas mejores bravas como bares y hay controversia hasta en si deben picar o no. En nuestra defensa solamente alegar que llevamos cincuenta años sirviéndolas, que nuestro secreto es conocerlas bien, y que en los rankings sobre los mejores lugares para degustarlas, que los hay, siempre nos nombran como un lugar de referencia.
P- El nombre del restaurante, viene del fundador del local, ¿Puede comentárnoslo?
R-Docamar está construido con las primeras sílabas del nombre de mi abuelo, Donato Cabrera Martínez, que fue quién creó la empresa familiar hace casi 90 años. Vino a la ciudad a los 14 años y empezó de camarero en las condiciones que había entonces en tantas tabernas de la época: parar apenas para comer, dormir en un colchón bajo el mostrador y cobrar lo justito. Era buen trabajador y emprendedor, y logró que el jefe de la taberna donde trabajaba tras terminar el Servicio Militar le traspasara su negocio. Y le puso su nombre, Donato. Era de las tabernas castizas de toda la vida, con la barra de cinc, el vermú y la partida, los niños correteando por la barra … Tuvo su éxito y fue muy conocido en el barrio. Con el tiempo se traspasó y ahora se llama Sánchez por el nuevo propietario, pero con buen criterio sus hijos quisieron mantener de alguna manera su nombre para el nuevo local.
P- ¿Qué acciones llevan a cabo para convertirse en empresa comprometida con la responsabilidad social?
R-Son ya muchos los años que han pasado desde que empezamos a implicarnos en las responsabilidad social. Hemos participado en programas de prácticas laborales que organizan asociaciones como Fundación Tomillo, Mercedarios o Cruz Roja Juventud, dirigidos a jóvenes con falta de recursos y en riesgo de exclusión que buscan su primer empleo y hemos contratado a algunas de esas personas, llevamos 4 ediciones colaborando muy activamente en la campaña de Restaurantes contra el Hambre que organiza Acción contra el Hambre, cuando ocurrió el terremoto de Haití ideamos una campaña en que donábamos un euro de cada menú a Médicos sin Fronteras, utilizamos productos de Comercio Justo como el azúcar de los cafés … Hay mucho campo donde poder actuar y últimamente se organizan campañas que facilitan mucho la participación.
P- ¿Qué tipo de cliente suele acudir a su local habitualmente?
R-De siempre lo nuestro ha sido mucho de cocina castiza de barra, de extracto popular y precios económicos y no existe un perfil determinado de cliente. Te diría que gente corriente como tú y como yo. Sí son curiosos los domingos por la mañana, sobre todo si acompaña el sol, que se organiza un gran mercadillo de cromos en la plaza donde estamos ubicados y el ambiente es muy festivo y de familia.