2011 pasará a la historia de la hostelería como el año en que por primera vez los empresarios del sector se echaron a la calle para hacer púbicas su protesta y sus reivindicaciones. Ese es el dato más relevante a la hora de hacer una valoración de las 19 manifestaciones que tuvieron lugar en distintas ciudades del país y de la que, como culmen de todas ellas, se celebró en Madrid el 9 de mayo, con asistencia de hosteleros de todas las Comunidades Autónomas.
En sectores más avezados a manifestarse colectivamente en los espacios públicos, el éxito de la convocatoria se mide por muchos miles de asistentes. En este sector nuestro de pymes y microempresas, totalmente atomizado y desperdigado, donde tradicionalmente ha estado cada uno a lo suyo y siempre en tenaz competencia con el vecino, la manifestación colectiva de unos pocos miles que por primera vez van todos a una representa un auténtico éxito. Como señalé cuando llegamos a la Puerta del Sol, a los miles de empresarios que allí nos reunimos nos acompañaba la solidaridad de cientos de miles de compañeros que no habían podido cerrar sus negocios o no habían podido permitirse el gasto del viaje, porque así de duras están las cosas.
¿Cuál fue el detonante para que se produjera esta primera manifestación pública de los hosteleros? En principio, podría pensarse que las pérdidas que estábamos sufriendo en nuestras empresas. Pero no parece que fuera ese motivo suficiente, porque las pérdidas las veníamos sufriendo desde 2008. A las pérdidas se unió otro motivo que fue el que en definitiva provocó nuestra reacción de salir a la calle : la indignación por el trato que como sector recibimos del Gobierno y del Partido Socialista en el poder, cuando mostramos nuestra legítima oposición a la prohibición total que habían decidido imponer en España . Despreciaron todas nuestras argumentaciones sin prestarles la menor atención, manipularon la información, mintieron con un cinismo que menos que a nadie se puede permitir a los que se dicen servidores públicos, y eso provocó que nos levantásemos y pidiéramos un respeto.
Porque, como quedó claro en la manifestación del 9 de mayo, no luchamos solo por cambiar la ley antitabaco cuyo impacto se ha unido al de la crisis haciendo que aumenten nuestras pérdidas, Luchamos también por el respeto a las pymes, a los trabajadores y a los trabajadores de la hostelería. Y en este sentido hemos avanzado significativamente en el logro de nuestro objetivo, pues ha quedado patente que este sector no se resigna a que se le falte al respeto y que quien así hace desde el poder público que ocasionalmente pueda ocupar terminará pagando un precio. Aquellos a quienes dirigimos nuestra protesta no lo reconocerán nunca públicamente, pero saben que cometieron un error y que les ha salido caro.
Con relación al objetivo de modificar la ley antitabaco que entró en vigor el 2 de enero, aún no lo hemos logrado, pero seguimos en ello, exigiendo una repuesta responsable de los partidos políticos. Según declaraciones recientes de representantes del Grupo Popular queda abierta la posibilidad de que vuelva a plantearse el problema en la próxima legislatura si persisten las pérdidas.
José María Rubio
Presidente FEHR