¿Y sí le hacemos un Stress Test a la Hostelería?

Juan José Blardony Secretario General La Viña

Primero fue la crisis financiera internacional de las “suprime”, con versión española. Luego fue nuestra crisis inmobiliaria. Ahora ha llegado la crisis a la hostelería, y digo ahora porque la situación actual empieza a ser profunda.

Lo dramático es que las empresas ya no tienen liquidez para aguantar un mes de junio y de julio como el que ha habido, al menos en Madrid. Incluso con terrazas. Quizás hemos estado perdidos con el mundial en nuestras casas o ahorrando para el verano, qué se yo ¡.

La realidad es que se unen dos factores explosivos: una caída del consumo sostenida durante dos años y un sector como el hostelero con sobreoferta endémica.

Por cierto que a los Bancos, nuestros amigos que nos ayudan con los créditos en épocas difíciles, a esos les han analizado su solvencia (capacidad de hacer frente a sus obligaciones con sus activos, 21 % del sector inmobiliario), pero no su liquidez (capacidad de hacerlos líquidos y poder devolver el dinero a sus clientes). Y, por supuestos, les han aprobado en su stress test. Este stress test que mide que les pasa a esos bancos si baja la economía un 3%.

Nuestro test, el de la pequeña micro PYME, se empieza a ver finalmente en las cifras de empleo: bajamos un 5,4% en el empleo del segundo trimestre de este año frente a 2009, y eso que nuestra economía, la del sector, ya baja más de un 20 %.

Un hostelero me decía el otro día que el empleo de hostelería no baja más porque con las plantillas ajustadas queremos seguir manteniendo el servicio, pero que si no, ya veríamos.

El problema para muchos empresarios es sí van a poder sostener el negocio hasta el final de año. Las arcas empiezan a estar muy vacías después de estos dos años de crisis. Hemos perdido la confianza en que la situación puede cambiar a corto plazo, y nos convencemos de que no es posible mientras tengamos un 20 % de paro. Un 20 % de personas que no consumen en España. Muy grave, nadie soporta estas cifras a nivel internacional, y limita no ya nuestro crecimiento sino nuestro estado del bienestar y que decir de nuestras empresas que dependen del consumo.

Los países occidentales nos hemos convertido en sociedades “improductivas” cuyo valor principal es la capacidad de consumo de su población.

Y ahí andan los políticos, como de costumbre tirándose los trastos a la cabeza, o hablando de lo divino y lo humano, la patria, las prohibiciones y esas cosas. Me recuerda cuando estuve en Cuba. Nos enseñó La Habana un chico, profesor de educación física, que me dijo que allí todos sabían leer pero que no tenían nada más que leer que la propaganda comunista del régimen. Le invite a lo que sería su única comida en tres días: una pizza. Salvando las distancias, así están los políticos, en las nubes.

La realidad es que sí la mejora de la economía depende fundamentalmente de que se cree empleo, y con ello recuperar el consumo. Señores, esta reforma laboral que es la llave, no vale para nada. Y eso lo sabe cualquier persona que haya gestionado una empresa, que por su puesto no son nuestros políticos.

La indemnización de 45 días de salario por año de servicio es inviable en nuestro país y recuerda a cualquier empresario por la mañana cuando tiene que despedir, los costes que tendrá cuando contrate en el futuro a una persona, y se lo pensará, y se acordará.

Mi stress test es concluyente: una vez que nuestras empresas han ajustados sus costes y su personal a la bajada de ventas, como bajen mucho más entonces sí que vamos a tener que llamar a los economistas psicólogos estos del test de stress y que nos analicen. ¿Quién se apunta?, lo paga la Unión Europea.

Juan José Blardony
Secretario General La Viña