Comenzaremos afirmando, que el turismo desde un enfoque cultural e incluso sociológico puede interpretarse como una actividad teóricamente importante para España. Pero en ese resultado nos deberemos quedar. Puede argumentarse, que hay muchas consideraciones que demuestran, la gran lejanía en la que se sitúa al turismo, como sistema, con relación a una hipotética declaración de sector estratégico. La situación de la estructura económica española urge a que se tomen decisiones inmediatas, capaces de facilitar una dinámica emprendedora, que impulse una recuperación económica del crecimiento. El panorama del análisis intersectorial, no colabora, ni induce a ser optimista. Todo lo contrario. Una gran mayoría de los sectores económicos están pasando por una profunda apatía, que no tiene otro final, que la depresión. Y lo que es peor, valle de lágrimas que se extenderá por mucho tiempo. Es el caso del sector de la construcción y de todos aquellos que le acompañan. Pero también, de numerosos de los sectores industriales, que en otros tiempos aceleraron e impulsaron el desarrollo, tales como la construcción de vehículos.
Sin duda es el momento de poner en evidencia que el turismo ha de ser para España, el verdadero motor que cambie la actual estructura económica. Ahora mismo, afectada, por la recesión en una mayoría de los sectores motores. Siendo todavía más grave, que esos sectores no ofrezcan un horizonte muy claro, al menos durante cinco o seis años. Es decir, conseguir retornar a sendas de expansión superiores al 3 %. Y aunque aparentemente, ese valor puede resultar muy poco motivador, no se ven, lo que otros llamarían brotes verdes, para pensar que en el plazo de veinte meses, tras las próximas elecciones generales, vayan a recuperarse. Porque no es un problema solo de demanda, sino que la depresiva situación de recuperación que se vislumbra, no ofrece garantías de corrección y rescate, para antes del año 2015. Ello nos conduce o nos mueve a resaltar, que es de nuevo el turismo la actividad económica y social, que debe asumir la carga de la redención. Necesariamente, la actual aportación al PIB del orden del 10 %, debe pasar a ser cercana al 14 % en el año 2020. Lo que significa un incremento de su contribución anual a la riqueza española del orden de 0,35 %. Lo que significaría un aumento de la producción directa e indirecta para el primer año de 7000 millones de euros. Es decir, al menos, un aumento de 40 millones de estancias cada año, o alternativamente un aumento del actual gasto medio de la demanda de 32 euros.
Este artículo pretende llamar la atención sobre cuatro situaciones, que se consideran destacables en abril de 2011, si se pretende ayudar o favorecer la creación de instrumentos de mejora económica y social. La primera de ellas, -por varias razones, que no es necesario resaltar ahora-, el turismo, es y será en el futuro, uno de los sectores, -o el sector-, con más recorrido en el arco de actividades económicas con capacidad de expandirse más y mejor en el mundo. En segundo lugar, que España en su estructura productiva no ofrece actualmente un sector con perspectivas tan favorables de crecer como el turismo. Después, que es imprescindible, proteger en un sistema económico nacional a sectores prioritarios o impulsores del crecimiento, de actitudes negativas y destructoras como huelgas y conflictos sociales, sin base moral o política. Y en cuarto y último lugar, España se ha especializado en el pasado en el turismo, y sería absurdo y negativo, no aprovechar dicha circunstancia para impulsar y conseguir del desarrollo una influencia positiva en el sistema económico.
Por todo ello, en un año de profunda incertidumbre, con una economía prácticamente parada, con una cifra de desempleo que debería avergonzar a políticos, sindicatos y clase empresarial, y lo que es más grave, con una actitud de desencanto de la sociedad, pienso que creer en el lanzamiento del turismo como sector estratégico, ayudaría a impulsar al turismo, a la consecución de los objetivos que le corresponden. Y no quedarse en una evolución mediocre, que ni ayuda de manera destacable en la situación actual, ni sirve para lograr del turismo, lo que el resto de la economía no puede proporcionar. En resumen, creemos que la declaración del turismo como sector estratégico, puede ser una actuación iniciadora de acciones que conduzcan a un turismo importante y eficiente.
Manuel Figuerola
Asesor FEHR