En una sociedad donde los consumidores recibimos miles de impactos publicitarios en una jornada cotidiana, donde la diferenciación es un verdadero reto y en la cual el tiempo es una variable que siempre tiende a la baja. Os propongo valorar como el mundo hostelero y las nuevas tecnologías deberían ir de la mano.
Quienes valoramos la creatividad como una herramienta de trabajo, sabemos que la inspiración hay que buscarla. Tener la mente abierta significa no tener miedo a arriesgar, saber que lo que hasta ahora nos ha funcionado, no tiene porque ser una constante en nuestro negocio. Aunque suene poco original “no debe tener miedo copiar”. Entendiendo copiar como “ser capaces de adaptar aspectos ingeniosos de otros mundos al nuestro”. Asi que desde la arrogancia que me permite la juventud, recitemos una reflexión de alguien que perdió la virginidad del click a los 6 años.
Habiendo vivido siempre con ordenador, con móvil, y no habiendo visto en las redes sociales un universo infinito, incoherente e indescifrable. Esta generación concibe la hostelería como un mundo que debería avanzar mucho más rápido de lo que en España avanza.
El cliente es el centro de nuestro negocio, así que estas nuevas tecnologías nos ayudan a conocerle y a ofrecer un servicio adaptado a sus necesidades, empecemos:
Para establecer una comparativa quiero que tengáis en mente un bar de esos que se encuentran en el viejo Madrid, donde la comunicación funciona al grito de “pepe unas cañas cuando puedas”. Patatas que parecen cartón, aceitunas flotando y los platos no se dejan sino que se tiran. Ahora empecemos a valorar:
¿El hostelero conoce al consumidor? Seguramente más que a su propia mujer, ya que nuestro barman lleva repitiendo la misma tarea, sirviendo cañas y tirando platos los últimos 40 años, a un grupo de feligreses que le han utilizado como psicólogo además de cómo dispensador de alcohol.
Formulemos bien la pregunta: ¿Puede hacer nuestro barman renovar a su clientela o que venga en las horas donde hay menos tráfico? Aquí ya entran los nuevos modelos de fidelización y captación:
Experiencia personal:
• Recibo un mensaje sms que me invita a un 2×1 en los restaurantes Vips los días de diario, a las 18.00 de un miércoles, mientras pensaba un plan con mi pareja.
• Al ser amigo de Rodilla en facebook me ofrece “échale morro y come por la cara” que mejor que modificar ligeramente mi plan con 4 amigos y no rechazar un invitación como esta.
• Olvidémonos de la publicidad estática en los locales con fotos de comida, cuando simplemente son las 8.00 de la mañana y mataría por un café con tostadas. Ofréceme una caña y una tapita a las 12.00 y una promoción de cena a parir de las 21.00. Tan sencillo como hacerlo con pantallas dinámicas.
• Si al llegar a casa te haces amigo de mi grupo en facebook, y pones un comentario, a la segunda caña invito yo. Tus amigos también se merecen la invitación.
• Que pasaría si pudieras pagar desde la propia mesa en una pantalla, en la cual has leído el periódico mientras comías, y al revisar la cuenta en la misma, te enseña una taza de cappuccino y te pregunta ¿tiene usted 5 min para disfrutar de un café? Pulse OK.
• Encuentro en un local de copas un código para descargar de forma gratuita en el móvil una aplicación que me ofrece participar en “el Rey de copas” donde gracias a la geolocalización me ofrece el reto de pasar por 4 locales de la misma zona, donde en el último me espera un regalo. Así que un tradicional plan de sábado se convierte en una divertida Gimcana durante la cual nos hemos cruzado con más grupos participantes a los que puedes agregar en tu nueva red, y con los que podrás hablar gratuitamente a través de la red social o mediante sms.
¿Hasta donde podemos llegar?
Repitamos de nuevo la pregunta inicial ¿Conoce el hostelero al consumidor?. Ahora mismo sabemos: donde vive, su tlf móvil, le gusta cenar en pareja a diario si le damos un empujón, aficionado a salir los sábados, se mueve de su zona habitual por un incentivo, no rechaza un café si tiene tiempo, y podemos captarle de una forma visual en función de la hora del día que sea.
Quienes perdimos la virginidad del Click jóvenes, no tenemos miedo a este universo infinito, incoherente e indescifrable. Para los demás “nunca es tarde” siempre que no se tenga miedo a los cambios y apuesten por la creatividad como herramienta de trabajo. Esto no es aplicable a quien con poco se conforma, pues un modelo en el que un “bar de feligreses” es un negocio rentable no debe más que seguir así. Y dejar que el mundo se mueva a su alrededor mientras él mantiene su climax.
Sergio Orozco
FEHRCAREM