Las verdades de la prohibición

José María Rubio Presidente FEHR

Desde el mes de mayo, se vienen produciendo declaraciones de la Ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez en las que de forma reiterada anuncia la intención de su ministerio de impulsar la reforma de la actual ley antitabaco, en la línea de prohibir fumar en todos los establecimientos de hostelería.
Debe de ser el parlamento español, quien a partir de la presentación del correspondiente proyectó de ley, apruebe el cambio legislativo correspondiente, conociendo y valorando previamente las repercusiones negativas que una medida de ese tipo tendría para miles de empresas, autónomos y trabajadores hosteleros.
Desde FEHR y sus 75 asociaciones, estamos desarrollando una campaña de información a nivel nacional, con el objetivo de explicar los argumentos que ya desde el año 2005, venimos manteniendo respecto a las dramáticas consecuencias que un cambio de la ley vigente (que apoyamos y respaldamos) supondría para nuestro sector.
Partiendo de la premisa de nuestro máximo respeto a los no fumadores, (más del 50% de la superficie total de la hostelería es espacio libre de humos) y abogando por el cumplimiento de ley actual que es una buena ley, intentamos explicar a los gobiernos central y autonómicos, a partidos políticos, instituciones, medios de comunicación, y a la sociedad en general, los riesgos y las razones que argumentan nuestra línea de actuación y tratamos de que entiendan las consecuencias que una decisión errónea en este tema, tendría para el sector, para miles de familias y para la economía nacional.
Pero lo que puede ser más grave, dentro de los efectos negativos que a corto plazo provocaría una mala decisión, es que todo ello podría ser el punto de partida de un cambio del genuino modelo de relación y convivencia social que en y a través de los establecimientos hosteleros tenemos los españoles, único en el mundo, y envidiado por el resto de países.
Porque, ¿que argumento tendrían muchos de los millones de clientes fumadores de la hostelería para salir de la oficina, del trabajo o de casa y acudir a un establecimiento de restauración? ¿A cuantos de ellos «desestimularía» la prohibición total para acudir a un restaurante en el momento de planificar una cena con amigos fumadores? ¿Cuántos de estos saldrían de casa «a tomar una copa»? ¿Comenzaría a cambiarse o fomentarse la costumbre de reunirse en casa, en vez de salir, tal y como se hace en la mayoría de países de nuestro entorno? Poca broma con esto, que puede provocar consecuencias irreparables en todas nuestras empresas, en el propio sector, y en la economía del país.
Todas las opiniones son y deben de ser respetadas, pero en mi opinión, y especialmente los empresarios hosteleros, deberíamos de entender que no estamos tratando un tema individual, sino un asunto de alcance sectorial, que así debe de ser visto, y cuyas consecuencias negativas, no solamente afectarían a los establecimientos en los que se permite fumar, sino a todo el sector en general, a nuestras familias y a las de nuestros trabajadores.
La decisión de permitir o no espacios para fumadores dentro de nuestros establecimientos corresponde al empresario, que decide cual es el tipo de opción que ofrece a sus clientes. La lucha contra el tabaquismo, que personalmente y desde FEHR apoyamos pasiva y activamente, hará que cada vez sean menos los fumadores y más la sensibilidad de los clientes para escoger espacios sin humo, pero dejemos que esto suceda, y respetemos las decisiones personales de nuestros clientes fumadores o no, y mientras tanto seamos todos los empresarios capaces de defender una visión sectorial y colectiva por encima de nuestros respetables posicionamientos individuales.

José María Rubio
Presidente FEHR

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