Adelgazar

Ismael Díaz Yubero

A casi todos nos viene bien, sobre todo después de algún pequeño exceso que hemos hecho durante las pasadas fiestas. Además es momento de buenos propósitos y por si fuera poco así nos vamos preparando para el verano.

Hay muchos regímenes y casi todos son eficaces. El más sencillo es no comer nada y adelgazamos enseguida. Hay otros menos drásticos pero bastante eficaces que consisten en comer poco y limitar determinados alimentos, por ejemplo todos los que tengan muchos hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, legumbres). También es eficaz prescindir de alguna comida como por ejemplo del desayuno. Son eficaces, pero……Son peligrosos para nuestra salud, porque si no comemos o comemos muy poco vamos a sentir inmediatamente los efectos de la falta de calorías que son necesarias para que nuestro organismo y su metabolismo, que regula nuestra actividad fisiológica, funcione adecuadamente. Si optamos por no comer hidratos de carbono también vamos a adelgazar pero a cambio vamos a someter a nuestros órganos de desintoxicación (sobre todo hígado y riñones) a un esfuerzo descomunal, nos subirá la albúmina en sangre y en orina, podemos provocarnos cetosis, es muy posible que nos suba el colesterol y seguramente desequilibramos el ácido úrico.

También podemos prescindir de las grasas o de las proteínas, pero la comida va a ser más insulsa y si prolongamos mucho el régimen incluso podemos sufrir las consecuencias de hipovitaminosis liposolubles y de algunos otros nutrientes.
Se puede adelgazar pero es muy conveniente tener en cuenta tres premisas fundamentales
– Hay que consumir menos calorías para lo que vamos a tener que pasar un poco de hambre.
– Hemos de aportar equilibradamente todos los nutrientes por lo que no podemos prescindir de ningún grupo de alimentos
– El régimen que sigamos debe ser apetecible o por lo menos palatable, porque si no nos lo vamos a saltar demasiadas veces
Finalmente les recomiendo que no quieran adelgazar de golpe, que lo hagan poco a poco y que no sometan su cuerpo al efecto yo-yo de estar continuamente engordando y adelgazando, porque es fatal para el organismo y el pobre no se lo merece.

Ismael Díaz Yubero