Sra. Ministra ¡Ya le vale!

Ángel T. Gago Presidente Asociación Hostelería Vizcaya

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A última hora de la tarde del día de ayer teníamos conocimiento de unas declaraciones suyas que se han visto confirmadas en los medios de comunicación en la mañana de hoy. Qué quiere que le digamos: O duda usted de nuestra capacidad intelectual, o la suya (o la de sus colaboradores) no está a la altura de la nuestra. ¡Fíjese que somos generosos y le damos a elegir!.
En lo referente al tabaco en ningún momento hemos cuestionado las connotaciones que tiene su consumo, vinculadas a la protección de la salud, tanto del fumador activo como del pasivo: Nunca lo hicimos, pues estamos convencidos de que existen y de que -en consecuencia- se debe poner remedio; quizás discrepamos en los medios para lograr ese objetivo. Por ejemplo, siempre hemos estado al lado del entorno institucional colaborando en campañas de concienciación, o solicitando a nuestras empresas conductas responsables impidiendo el consumo de alcohol y tabaco por menores …; y hemos colaborado a difundir con precisión la legislación vigente; y porque creemos que podía haber existido mejores resultados, siempre hemos mostrado nuestra disposición a seguir actuando en esa línea y demandando al entorno institucional de que (en el consumo de este producto) lo que hay que hacer es mucha labor didáctica y mucho esfuerzo en la prevención (por ejemplo, en el consumo por parte de menores de edad), aspecto en el que las actuaciones del entorno que V.E. representa merecen un evidente suspenso.
Sin embargo, hace unas afirmaciones que no podemos recoger en silencio: Sra. Ministra, ¿usted cree que todos somos tan insustanciales, incoherentes y desinformados como para que nuestro colectivo se encuentre, injustificadamente, muy preocupado por las consecuencias económicas derivadas de una restricción (lineal y plena) del consumo del tabaco en nuestros establecimientos?; ¿tan poco valora nuestra inteligencia?. A nosotros nos preocupa el impacto económico y conste que no lo supeditamos al concepto de la salud.
Adorna su intervención acreditando su generosidad y asegurando que va a permitir fumar en terrazas; es decir, en la vía pública: Gracias, Sra. Ministra, no esperábamos  menos. Y añade que en los estadios deportivos también permitirá fumar: Es lógico, al fin y al cabo la práctica del deporte está vinculado al consumo del tabaco (¿?).
Afirma que los hosteleros, con la restricción, todavía ganaremos más: Como burla lo aceptamos aunque aún no estemos en el 28 de diciembre; pero si lo dice con convicción, nos aterra estar dirigidos por personas que se permiten hacer estas afirmaciones: ¡Sólo nos faltaría que incrementen nuestros impuestos en forma progresiva al mayor rendimiento que vamos a obtener!. Sólo dos ejemplos, Sra. Ministra, que estamos seguros que debería conocer: Croacia ha tenido que rectificar inmediatamente la legislación prohibitiva tras el impacto económico que ha tenido en el sector del Turismo; e Irlanda, que es el único país europeo que tiene la prohibición total (digan lo que digan sus ilustrados colaboradores), ha asistido al cierre de más de mil establecimientos: Saque conclusiones.
Oculta la verdad cuando dice que en la Unión Europea está prohibido fumar: Es posible que así suceda dentro de unos años; pero hoy, hoy mismo, eso es falso salvo en Irlanda. Aclaración: Es cierto que existe una Recomendación a los estados miembros, pero ese término no significa prohibición.
Se mofa de todos nosotros cuando afirma que la normativa vigente no ha causado daño económico a los empresarios que siguieron el mandato de la legislación vigente (a los que con buena voluntad y excesiva confianza realizaron inversiones en los locales): Por supuesto, los gastos irán a beneficio de inventario (el de ellos), pues según V.E. y sus ilustrados técnicos, al fin y al cabo, qué importancia tienen más de 1.000 millones de euros que han podido invertir en ello.
En fin, Sra. Ministra, en las dictaduras democráticas en las que se legisla a golpe de Decreto, sucede esto; pero no tiene por qué preocuparse: Los cientos de miles de microempresas hosteleras que (en su afirmación) vamos a ver incrementados sus ingresos, tendrán oportunidad de agradecérselo cuando se someta a votación su gestión y la de sus ilustrados colaboradores. Y no tiene por qué preocuparse, porque siempre habrá personas bien intencionadas que se lo recordemos.
Encima se permite decir que se nos permitirá mantener las máquinas como punto de venta: ¡Cómo se preocupan por nuestra salud! (queremos decir de la salud de los fumadores). ¡Y cómo se preocupan de nuestra rentabilidad a 0,15 €/caja desde hace décadas!. Tanta generosidad nos abruma, pero sospechamos que, a más de uno, cuando se vea afectado por el cúmulo de mayores ingresos que va a generar la prohibición (en versión suya y de sus ilustrados colaboradores), opten por poner las máquinas en la calle a disposición de los fabricantes, pues andarán sobrados de ingresos (según V.E.) y no necesitarán esa pequeña miseria.
Ministra, por favor, flagélenos, pero no nos humille.
Ángel T. Gago
Presidente Asociación Hostelería Vizcaya