Basta ya, las cosas claras

José María Rubio Presidente FEHR

La manifestación convocada el pasado día 12 de diciembre en Madrid por los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, ha supuesto, en mi opinión, un nuevo paso adelante en la demonización del papel del empresario en la sociedad española actual, que entre muchos, pero especialmente desde las asociaciones empresariales, debemos de empezar a combatir sin ningún tipo de complejos ni vaguedades.
Convocar, con la que está cayendo, una manifestación en la que el principal mensaje de la convocatoria va dirigido a los empresarios, con un «que no se aprovechen de la crisis», es para cientos de miles de autónomos y propietarios de pymes y microempresas, no sólo sarcástico y ofensivo, sino también una burla.
El 98,2% de empresas (digo empresas, no establecimientos) del sector de la restauración española, tienen menos de 20 trabajadores, empresas como muchas otras de mayor volumen, en las que el empresario y su familia trabajan codo con codo junto a los trabajadores, intentando todos ellos ganarse honradamente el sustento de sus familias y, por ello,estos son conscientes de los esfuerzos que en las empresas se están haciendo para mantener en lo posible los puestos de trabajo.
Sé que cuando se habla de este tema con algún representante sindical, estos argumentan que son conscientes de los esfuerzos y dificultades que los pequeños empresarios están haciendo para mantener sus empresas y que sus reivindicaciones van más dirigidas a las grandes empresas y a algunas «malas empresas» que contratan trabajadores sin darles de alta en la seguridad social, en malas condiciones y con sueldos por debajo del convenio, pero estas argumentaciones no me sirven. Si algún empresario no cumple con la legislación, hágase caer sobre él todo el peso de la ley, pero desde la Federación Española de Hosteleria, y desde el sector de la restauración española que representamos, no estamos dispuestos a aceptar este tipo de mensajes malintencionados, que después se quieren argumentar con explicaciones vagas e inconcretas.
Como en cualquier gran colectivo, en el sector de la restauración puede haber malos empresarios, como hay malos trabajadores, pero ya está bien de hacer servir las excepciones para justificar la regla general.
Los empresarios de restauración (pequeños y grandes) en una crisis tan importante como la que estamos viviendo, y a pesar de que en los convenios colectivos los salarios han subido más del 4% de media en un año en el que el IPC será posiblemente negativo, estamos manteniendo unas pérdidas de empleo del 2,7% muy inferiores a la mayoría de otros sectores económicos, y todo ello con pérdidas económicas generalizadas, que se aguantan, en la mayoría de los casos, hipotecando el patrimonio personal de los empresarios.
Las organizaciones sindicales y las patronales tienen una labor de cohesión social, encomendada por la propia Constitución, y a ello se tienen que dedicar por el bien del país. Pero ya está bien de envenenar a los trabajadores y a la sociedad, con mensajes que sólo buscan desprestigiar la figura del empresario, (pequeño o grande) con vagos argumentos que contribuyen a desincentivar a las futuras generaciones de jóvenes.
Donde haya un mal empresario que ejerza malas prácticas, que se diga, (el resto de empresarios pretendemos competir en condiciones legales) pero ha llegado el momento de exigir que, si se habla de alguien, se concrete.
Basta ya de esconderse en lo abstracto, las cosas claras.

José María Rubio
Presidente FEHR