La cuesta de otoño

José María Rubio Presidente FEHR

En septiembre comienza la cuesta de otoño de la actividad empresarial en el sector de la hostelería y el turismo. Una cuesta abajo que parte de la cota de la temporada alta que se alcanzó en agosto y que irá descendiendo hasta el punto de menor actividad en lo que queda del año, que volverá a producirse en noviembre.
Lo que creció mes a mes, de abril a julio (un 7,6% acumulado de la facturación y 55.000 empleos estacionales en el conjunto de la restauración) volverá a decrecer en lo que queda de año.
Este es el patrón de comportamiento general del sector, aunque cada segmento empresarial y cada empresa tengan su evolución particular. Las empresas ubicadas en los destinos turísticos veraniegos echan el cierre temporal o reducen su actividad hasta un nivel mínimo vital de hibernación, mientras las de los destinos emisores vuelven a recuperar el ritmo habitual de actividad con el retorno de los clientes que se habían ido de vacaciones.
Esto es lo que viene pasando siempre. La diferencia es que este año todo se está produciendo en un nivel de actividad y facturación más bajo que años anteriores. Ese es el efecto de la crisis, que ni hay que minusvalorarlo en un ejercicio de optimismo forzado, ni hay que exagerarlo cayendo en la tentación de un pesimismo inútil y pernicioso.
La crisis actual eclosionó el pasado año no como una crisis cualquiera, sino como la madre de todas las crisis, que podría llegar a dejar pequeña la Gran Depresión del 29. Se llegó a temer un colapso económico mundial. Pero este no se ha producido. En que lo que toca a nuestra actividad es evidente que el turismo y la hostelería han seguido funcionando. Con un 10% o un 15% menos de facturación que otros años. Pero en un 85% o un 90% igual que otros años. Eso quiere decir que el sector sufre daños, pero aguanta, y que hay razón para valorar el verano turístico, como han hecho en el sector hotelero, con un aprobado, aunque éste sea raspado.
Conviene tener esto en cuenta para mantener el ánimo, ahora que se inicia la cuesta abajo del otoño y que la actividad general irá mes a mes perdiendo ritmo. Volverá noviembre, que el pasado año marcó lo más profundo de la caída. Pero luego volverá también diciembre con el repunte de la demanda y de la actividad que caracteriza esas fechas. Y es posible que la comparación con los ejercicios anteriores vaya disminuyendo. Porque lo que es seguro es que después de la crisis, (el después está cada vez más cerca) la hostelería y el turismo tienen una larga vida de crecimiento y desarrollo por delante.
José María Rubio
Presidente FEHR