En nuesta fiesta nacional se utiliza la puntilla para rematar al toro cuando el diestro no ha tenido suerte con la espada. La prohibición del tabaco es la puntilla a la hostelería, y me explico.
En los últimos diez años han venido sucediéndose normativas que han cambiado nuestro escenario de mercado.
Primero fue el euro. Con el euro la sociedad española tuvo que ajustar su nivel de gasto a su nueva capacidad económica, y la hostelería lo vivió con sus clientes.
Luego llegaron las limitaciones sociales en el consumo de alcohol en seguridad vial. Todo ello necesario sin duda, pero para la hostelería supuso vender menos vino desde entonces.
En el último año, llegó la crisis. Oye, la peor desde 1930. Muchas empresas están viendo caídas de facturación del 50 %.
Esta caída de ventas ha ido acompañada de una subida creciente de la presión fiscal y administrativa, y por tanto de los gastos. A crecientes tasas de basura, se unen subidas de las tasas municipales de terrazas de veladores o de las cotizaciones sociales. También aparecen multitud de normas administrativas que cumplir, todas con su presupuesto incluido: prevención de riesgos laborales, sistemas de control alimentario, limitaciones horarias por problemas de ruido en la zona, nuevos rótulos luminosos por contaminación luminica, y hasta requerimientos que antes asumía la administración, y que ahora razonablemente costean las empresas: formación de manipuladores de alimentos o reconocimientos médicos de los trabajadores. Somos hasta conscientes de que ya no tenemos únicamente un legislativo para emitirlas: el estatal. Ya se ha unido el autonomico de turno y el municipal. Unos con más diarrea legislativa que otros.
Todo ello justificadísimo desde el punto de vista social, legal y si me apuras en algunos casos hasta personal, pero al final paras las pymes son menores ingresos y más gastos.
Con ello llegamos a la pregunta del millón ¿ Puede mantener España 350.000 empresas de hostelería ?.
Yo digo que la puntilla para la hostelería va a ser la prohibición total de consumo de tabaco en los establecimientos. Aclaro que en el diccionario puntilla significa «golpe de gracia».
Pueden preguntárselo al que se toma el café con su cigarro todas la mañanas. O al que ya no bajará más a por tabaco al bar. Y si no que se lo pregunten a los quioscos de prensa, que conociendo que parte de su venta es de impulso, pelearon y consiguieron seguir vendiendo tabaco, aunque ya no fuera en mano. Se ve que las máquinas piensan más que los humanos, cuestión que me empiezo a plantear seriamente.
Pero las pérdidas no solamente serán directas, sino también indirectas. Y no refiero a que desde hace 20 años el Estado no haya revisado el recargo de venta por tabaco de la hostelería, que entonces estaba en 25 ptas. y ahora sigue siendo 0,15 €, sino que ya no existirá por la prohibición total de la Ministra.
La Ministra nos muestra ahora el camino: » La sociedad española esta lista para asumir una prohibición del consumo de tabaco en la hostelería » y yo deduzco, la hostelería esta preparada para terminar de pegarse la castaña, porque: ¿ Quién va a pagar la cuenta de la Ministra ?.
Pues que vaya pensando donde va a recolocar a los miles de puestos de trabajo, trabajadores y autónomos, que se van a perder en el sector con esta medida, porque la prohibiciones absolutas como medidas extremas, y máxime con la que está lloviendo, siempre tiene sus facturas y en mi opinión la cuenta del paro la va a pagar este Gobierno.
Todo ello justificadísimo, social y electoralmente.
Juan José Blardony
Secretario General La Viña