La óptica del embudo

Emilio Gallego Zuazo Secretario General FEHR

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Paseando cualquier noche por el centro de Madrid, Gran Vía y aledaños, sorprende la gran cantidad de vendedores ambulantes de comida y bebida apostados en cada esquina, en cada portal…. Es un fenómeno que está creciendo y extendiéndose rápidamente ante la inacción, o al menos, acción ineficaz de nuestras administraciones públicas.
Resulta paradójico que un estado como el español, con un desarrollado sistema de administraciones de ámbito estatal, autonómico y local, todas ellas con un prolijo acopio normativo y competencial, sea incapaz de contener y erradicar una práctica comercial ilegal, intrusiva y que pone en grave riesgo la salud pública, la imagen de la ciudad y la tranquilidad de los ciudadanos.
Realmente disponemos de un sistema eficaz y eficiente en la aplicación de todo tipo de normativas, algunas de ellas excesivas o contradictorias, lo que ocurre es que lo hace solamente con aquel establecimiento, empresa o ciudadano, legalmente establecido, que paga sus impuestos, cumple exhaustivamente las farragosas normas y se ofrece a sus clientes cada día de manera identificada y responsable. No será por tanto que en nuestro país, siendo todos iguales ante la ley, nos estamos encontrando con una aplicación de la misma, desigual, asimétrica, o lo que siempre se ha dicho, del embudo, con aprietos para muchos y desahogo para otros en los que justamente se debería concentrar la aplicación de la norma en defensa del interés general.
Sería muy deseable abandonar esta visión y aplicación de las normas ya que nos serviría para atajar de manera decidida y eficaz problemas como el expuesto anteriormente, pero también otros no menos importantes como el botellón, las licencias o el ruido.

Emilio Gallego Zuazo
Secretario General FEHR